Código azul

Hasta hace algunos meses, Stamford Bridge e Inglaterra eran testigos del surgimiento de una máquina pulverizadora, capaz de aniquilar a quien se les pusiese enfrente...esa máquina es nada más y nada menos que el aún campeón inglés: Chelsea F.C.

En una época en la que el mundo observa como surgen nuevos estilos, esquemas y estrategias para el sagrado fútbol, el ritmo y capacidad del Chelsea eran simplemente perfectos para aquellos que, sin ser amante loco de un equipo, gustamos del fútbol en toda su esencia, en su máxima expresión, aquel bendito juego que nos ha enamorado a todos.

Esa, amigos míos, podría ser una descripción perfecta para el Chelsea. Con la seguridad de tener a un arquero de la jerarquía de Peter Cech, pasando por una defensa encabezada por el impasable John Terry, llegando al medio campo. Me extenderé unos segundos en el centro del terreno de juego. Michael Essien es el típico volante que corre como si tuviese 3 pulmones, se multiplica, está en todas partes, a su lado, estaba el cerebro, el eje del equipo: Frank Lampard. Criticado por muchos, adorado por otros, Lampard puede presumir de ser el motor del centro azul, y la velocidad de Kalou y Joe Cole (esta temporada canjeado con el Liverpool por Yozi Benayoun), dejaban en punta al excelentísimo Florent Malouda y el goleador por excelencia de la década en Stamford Bridge, Didier Drogba.

Todos ellos fueron, y todavía lo son de hecho, dirigidos por Carlo Ancelotti. Carletto, como es conocido en el ámbito futbolístico, imprimió en todos sus jugadores el instinto asesino que requiere una liga como la Premier inglesa. Con el hambre suficiente para devorarse a un equipo completo, y todavía tener espacio para ir y darse banquetes con los grandes en Old Trafford, Emirates Stadium y Anfield Road, el Chelsea rompió todo tipo de récords en la campaña anterior, y al inicio de ésta, parecía que irían por el mismo rumbo, pero eso terminó, poco a poco, el equipo se fue perdiendo...

La temporada iniciaba para ellos con reverendas goleadas de hasta 6 goles, pero con el paso del tiempo, el equipo entró en un bache del que no hallan la fórmula para salir.

Aquellos goles espectaculares y aquel juego elegante, de toque y toque, en el que todo el equipo sabía a la perfección los movimientos que debían hacer, se empezó a desvanecer, hasta que el Liverpool, en el mítico Anfield Road, les endosó un 2-0, que marcaría el inicio de su caída libre.

Se llegó a pensar con triunfos esporádicos que el equipo estaba levantando, pero poco a poco se desvanecieron esos sentimientos.

Los asistentes a los juegos del azul londinense ya no se deleitan de la misma manera que lo hacían hace unos meses. El Chelsea juega apático, sin mucha gracia, con las luces apagadas, mientras sus rivales saborean las mieles de la venganza tras las escandalosas palizas que los "Blues" les propinaron tan solo unos meses atrás.

El código azul, en este caso sinónimo de emergencia, está implantado en el barrio oligárquico de Londres, y mientras todos buscan explicaciones, la situación se agranda.

Actualmente el Chelsea no está siquiera en zona de Champions League, a 9 puntos del super líder invicto, el Manchester United, y pueden haber muchos juegos de sobra por llevarse a cabo, pero el problema es que mientras los de arriba se envalentonan y ganan, el campeón vigente ha quedado relegado atrás, al punto que recientemente perdió contra el último lugar de la tabla, el Wolverhampton.

La emergencia presiona y preocupa a todos.

Carletto confía en levantar, y Roman Abramovic, principal accionista de la institución, no se ha mencionado al respecto, pero para quienes piensan que es hora de cambios en el equipo, me despido dejando las siguientes interrogantes:

-¿Qué jugadores podrían traerse? Se hablaba sobre Kaká, pero se ha recuperado de su lesión y se necesitará de algo más que dinero para que Mourinho, entrenador actual del brasileño en el Real Madrid, quiera dejarlo ir.

-Culpar al entrenador es lo más común en estos casos, pero en caso de destituir a Carletto, ¿quién es capaz de retomar al equipo? En el mercado de invierno es muy difícil encontrar buenos refuerzos, más aún entrenadores.

Por: Hector Morales. (Email: tonodiestro@gmail.com; Facebook: hector_amr@hotmail.com)
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