Por Javier del Cid - @JavierdelCid
El Real Madrid venció al Lyon en su tercer partido de la fase de grupos de Champions. Con un fino Benzema, un nuevo Ronaldo y un Özil que demostró que sin Kaká juega mejor.
Los blancos que venían de vencer 4-1 al Betis, con hat trick de Higuaín y otro tanto de Kaká, se enfrentaban al Lyon, un rival que siempre le había complicado la vida al Real Madrid en casa ajena como en el Bernabéu, y que en su libreto, llegaban a Concha Espina con la intención de sumar.
José Mourinho, con su peculiar estilo ya había advertido a la prensa que ni el Pipita ni Kaká tenían un puesto asegurado en el once inicial por sus grandes actuaciones en Liga y Champions. Es por eso que el portugués decidió salir con un line-up un poco a la antigua: con Khedira y di María, en lugar de Lass y el brasileño Kaká; y claro, con Özil en su lugar de siempre.
No fue hasta el minuto 19' donde el nuevo pase-gol del Madrid, se inventó un cabezazo en el primer poste, tras córner ejecutado por Mesut Özil, y puso en botín de Benzema el primer tanto blanco.
Lo que resta fue un vendaval merengue. Tan solo en dos ocasiones se vio frágil la portería de Casillas: en un gol anulado a Gomis y en una jugada de Ederson que al final se fue a saque de esquina.
El segundo tanto llegó vía Benzema. El gato pudo haber definido, pero tocó al atrevido Sami Khedira que había estado participativo en ataque durante toda la primera mitad, y el alemán hizo su primer gol oficial como merengue. 47 partidos después...
El cuarto y tercero llegaron tras errores infantiles del guardameta francés y de la defensa lyonesa en un tiro de esquina. Özil selló un buen partido de su persona tirando al marco en el 55', metiendo el balón bajo el cuerpo de Lloris y Sergio Ramos marcó el cuarto y definitivo en el 82' tras un intento de marca y rechace que el andaluz aprovechó para marcar con la zurda.
Tres de tres para el Real Madrid que agiganta su nombre en Europa y tiene ya medio boleto para octavos de final.
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